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lunes, 1 de junio de 2015

TORRES QUEVEDO, GENIO DE LA INVENTIVA EN LA ESPAÑA DEL XIX Y XX

Decía Unamuno “que inventen ellos”, cosa que afortunadamente desoyeron grandes mentes como Isaac Peral, Emilio Herrera o  Leonardo Torres Quevedo. Para quienes no  conozcan a este último, Leonardo Torres Quevedo fue un ingeniero de caminos, matemático, visionario e inventor español que desarrolló su actividad a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Nuestro Leonardo no fue un genio tan polifacético como Da Vinci, pero dentro del campo de la tecnología y de la ciencia abarcó muchas áreas donde destacó su creatividad e innovación. Desarrolló proyectos en el sector de la aeronáutica, el transporte, el control remoto, la computación y la inteligencia artificial. No era un hombre del Renacimiento, pero sí fue pionero de avances tecnológicos que hoy en día se nos antojan cotidianos y a la postre, fruto del trabajo de los ingenieros de países tecnológicamente más avanzados.


Leonardo Torres Quevedo nació en Santa Cruz de Iguña (Cantabria)  a mediados del siglo XIX, concretamente el 28 de diciembre de 1852. En 1876 culminó sus estudios de Ingeniería de Caminos,  siguiendo los pasos de su padre, y al igual que éste trabaja en la misma empresa de ferrocarriles donde estaba empleado su progenitor. Su inquietud le empuja a abandonar su puesto y viajar por Europa para conocer de primera mano lo más novedoso en cuanto a ciencia y tecnología.  El fin de este viaje le condujo a Santander, donde emprendería el estudio y la investigación de muy diversos proyectos,  siendo los primeros de éstos los transbordadores, plataformas suspendidas por cables gracias a las cuales se podían salvar accidentes geográficos que de otro modo precisarían la construcción de un puente. Fruto de este esfuerzo fue un transbordador suspendido que cruza las cataratas del Niágara. El Spanish Aerocar sigue en funcionamiento desde 1913 y  es una de las grandes atracciones turísticas de la zona.

No contento con su éxito en el diseño de transbordadores, su inquietud por aprender cosas nuevas le lleva a la capital de España y se integra en la vida cultural de Madrid. En esa época es cuando empieza a estudiar aplicaciones en inteligencia artificial, con proyectos como “El Ajedrecista”  y en ciencia de computadores,  publicando trabajos sobre máquinas algebraicas, y su trabajo titulado “Ensayos sobre Automática”, así como  1903 la patente del  telekino , uno de los inventos más importantes en los que trabajó, reconocido como  el primer mando a distancia por radio por el IEEE en el año 2006.  Se trata de un sistema de control que Torres Quevedo aplicó  para desarrollar un barco no tripulado. La idea de un vehículo no tripulado, algo muy cotidiano hoy en día, le surgió tras evaluar los riesgos que tenía que afrontar los pilotos de pruebas, no de un barco, sino de un aparato volador, ya que Torres Quevedo también estaba desarrollando globos y dirigibles.  Este último fue precisamente otra de sus más importantes contribuciones a la tecnología en nuestro país. En 1902, Leonardo Torres Quevedo presentó en la Academias de Ciencias de Madrid y  de París la memoria del proyecto de un globo dirigible, que finalmente vio la luz en la forma del dirigible "España".

 En los últimos años de su vida Torres Quevedo dirigió su atención al campo de la pedagogía, a investigar aquellos elementos o máquinas que podrían ayudar a los educadores en su tarea. Patentes sobre las máquinas de escribir, de  paginación marginal de los manuales,  de un puntero proyectable  y de un proyector didáctico.

Leonardo Torres Quevedo es un personaje clave  en el ámbito de la ingeniería española, Presidente de la Sociedad Matemática Española cargo que ocupó hasta 1924, Doctor Honoris Causa por la Sorbona de París en 1922 y Miembro Asociado de la Academia de Ciencias de París.  Fue un decidido partidario del idioma internacional esperanto, que apoyó, entre otros lugares, en el Comité de Cooperación Cultural de la Sociedad de Naciones..





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2 comentarios:

  1. Muy interesante. Me alegro de que hayas sacado un artículo sobre Torres Quevedo. Sabía lo de la máquina ajedrecista, que era mecánica –algo alucinante– y alguna cosa más sobre él, pero no mucho más, la verdad. Otro de esos ilustres personajes españoles que España parece empeñada en olvidar. Pues, aunque sea por nadar contracorriente...

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  2. Se merece algo más: una avenida, por lo menos. Una estación de metro, como minimo. Pero estaba antes Paco de Lucia... Era un tipo inquieto, no tanto como su tocayo Da Vinci, pero no menos brillante. La IEEE reconoció en 2006 a Torres Quevedo como el inventor del telemando por radio. Casi nada.

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